Para Marbella Medina, candidata a Reina del Carnaval Internacional Mazatlán 2026 ¡Arriba la Tambora!, la corona va mucho más allá del símbolo. Representa una oportunidad real para impulsar la voz de las mujeres mazatlecas y, sobre todo, para amplificar aquellas voces vulnerables que con frecuencia no tienen espacio para expresarse. Su aspiración es clara: ser parte activa del cambio que desea ver en la sociedad.
Con 20 años de edad, la estudiante de la licenciatura en Medicina, concibe al Carnaval como una tradición profundamente transformadora, capaz de proyectar liderazgo femenino, sensibilidad social y empatía. Desde esa visión, sueña con ser una voz de cambio, una representante cercana y consciente, que utilice esta plataforma para generar impacto positivo y visibilizar realidades que necesitan atención y escucha.
Marbella Medina, candidata apoyada por la porra dorada, habla de identidad mazatleca y su emoción se ancla en la música. La tambora, el son mazatleco y el ritmo del puerto forman parte de su historia familiar: su abuelo y bisabuelo fueron integrantes de bandas de tambora, raíces que la conectan profundamente con la tierra que la vio crecer. Representar esa herencia cultural sería, para ella, un acto de honra, amor y gratitud hacia Mazatlán, así como una forma de llevar la música y la cultura a comunidades vulnerables y personas que más lo necesitan.
En cuanto al estilo de su posible reinado, Marbella, quien domina el inglés y estudia italiano, se imagina no solo como Reina del Carnaval, sino como Reina de Mazatlán y de su gente. Un reinado caracterizado por la cercanía con la comunidad, por la presencia constante y por un profundo sentido humano. El color dorado, símbolo de su porra, representa la luz que ilumina; reflejo del puerto que nos define y que, entre bromas y cariño, forma parte inseparable del carácter mazatleco.
Así, Marbella Medina desea ser recordada como una reina auténtica, cercana y comprometida; una mujer que llevó con orgullo sus raíces, que honró la música, la cultura y que convirtió el Carnaval de Mazatlán en un espacio de encuentro, inclusión y transformación social.
